Capítulo 15

Alicia veía cómo más guardaespaldas entraban a la escuela, mientras los gritos llenaban el aire. Aquel colegio, antes serio y ordenado, ahora mostraba sus colmillos manchados de pecado. Pero Alicia solo sentía agotamiento. ¿Por qué, si ya estaba muerta, ni siquiera el cielo aceptaba su alma? Entre tanto ruido, solo quería cerrar los ojos para siempre. Esto era el verdadero infierno en la tierra. Bruno, al contemplar las paredes y el suelo cubiertos de sangre, también sintió cómo el cansancio lo invadía, ordenó cerrar con llave la sala de vigilancia. Sin prestarle atención a los alaridos que aún resonaban dentro. Con los videos de Alicia en mano, caminó hacia el lugar que más temía y más anhelaba La habitación donde ella había vivido tres años de horror. Las cicatrices que marcaban su cuerpo muchas de ellas eran responsabilidad suya. Ese pensamiento martillaba en su mente sin cesar, con las manos temblorosas, empujó la puerta. El cuarto era oscuro, estrecho, húmedo, solo una cama, un es