Capítulo 31

Lucien estaba solo en su oficina, absorto en su trabajo como siempre. Después de revisar y firmar los documentos necesarios para el lanzamiento de la nueva serie de joyas de su empresa, su computadora le notificó que alguien lo estaba llamando. Él dirigió su mirada hacia el dispositivo y suspiró antes de finalmente contestar la llamada. “Lucien”, lo saludó Harrison, cuyo rostro podía verse en la pantalla. A pesar de que al principio él parecía estar contento, aquella sonrisa desapareció cuando vio que su mejor amigo estaba trabajando y le dijo: “Sí sabes que hoy es sábado, ¿verdad?”. Lucien lo entendió perfectamente, pero aun así él siguió con lo suyo y le respondió: “Eso es irrelevante. Después de todo, el tiempo no se detiene por nadie”. Harrison no pudo evitar suspirar tras escucharlo. Él sabía que su gran amigo siempre priorizaba sus labores sobre todo lo demás, incluyendo su vida amorosa, y se preguntaba cómo Octavia era capaz de lidiar con alguien que estaba tan obsesionado con s