Capítulo 35

“¿Lograste llegar a casa sana y salva?”, preguntó Theodore a través de su auricular mientras estaba sentado en el asiento trasero de su vehículo con una tableta en la mano. Él había completado una de sus órdenes y ahora estaba esperando a que ella le respondiera. Se pudo escuchar el sonido del temporizador del microondas y después a Alexandra, quien había bebido un poco de su café antes de finalmente responder su pregunta: “Así es, y estoy completamente agotada. ¿Qué hay de ti?”. “Voy en camino a ver a mi padre porque necesito que me ayude con unos asuntos que se trataron durante la reunión en el restaurante”. Alexandra entendió por qué lo dijo y asintió, pues ella conocía al Sr. Langer desde que era pequeña y sabía que, a diferencia de su hijo, él era un hombre muy humilde y honesto. “¿En serio? Me da algo de pena que estés tan ocupado”, dijo ella, sacando una rebanada de pizza del refrigerador antes de tumbarse sobre el sillón para ver las noticias. “Pero si tú sueles estar tan ocup