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Capítulo 2

Después de salir del auto, Zara estaba realmente confundida y perturbada que, mientras pensaba en las palabras del hombre, empezó a caminar lo más cuidadosamente posible por temor a caerse; incluso, estaba tan concentrada en sus pensamientos que, ni siquiera supo cómo llegó al hospital. De hecho, con el fin de salvar a su hermano, ella estaba dispuesta a aceptar la propuesta del sr. Grantham; pero, por otro lado, una voz en su interior le decía que lo rechazara.  "¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Por qué tardaste tanto en venir?", preguntó rápidamente su madre, quien se acercó a Zara en el momento que la vio ingresar a la habitación.  Por su parte, cuando escuchó las palabras de su madre, Zara finalmente salió de su trance, la miró suavemente y, desviando su mirada hacia la cama, vio a su hermano enfermo durmiendo tristemente; de hecho, se veía tan pálido y débil, muy diferente a los muchachos de su edad, que estaban siempre animados y llenos de vigor. Incluso, pensó que, si él estuviera bien de salud, tal vez ya habría comenzado a salir con una hermosa jovencita; sin embargo, gran parte de su vida se la pasó en un hospital, y ahora, se debatía entre la vida y la muerte.  Justo cuando pensó en tal posibilidad, Zara sintió un fuerte dolor en su pecho, las lágrimas fluyeron instantáneamente de sus ojos y, tras limpiarse suavemente su rostro, le preguntó a su madre: "¿Cuánto tiempo lleva durmiendo?". Tras escuchar su interrogante, Charlotte, su madre, miró tristemente a Brian, suspiró lentamente y respondió: "Casi una hora". Luego, giró la cabeza para mirar a Zara y, con la mirada fija en ella, le preguntó cautelosamente: "Fuiste a ver al médico, ¿qué fue lo que dijo?". Por su parte, aun con la mirada fija en su hermano, Zara no respondió inmediatamente; de hecho, solo después de unos minutos, ella miró tristemente a su madre y le dijo: "Madre, necesito hablar algo urgente contigo. Sígueme, salgamos de aquí". Después de decirle ello, Zara salió lenta y silenciosamente de la habitación; mientras que, al sentir que algo no andaba bien, Charlotte se puso muy ansiosa, su corazón empezó a latir con fuerza y, la siguió a toda prisa.  No obstante, ni bien estuvieron afuera de la habitación, la madre miró fijamente los ojos de su hija y, le  preguntó con gran inquietud: "¿De qué quieres hablar? Me estás poniendo muy nerviosa". Tras notar la gran preocupación de su madre, Zara se sentó cuidadosamente en una de las sillas de la sala de espera y, con la cabeza gacha, le comentó: "El médico dijo que Brian necesita un trasplante de corazón y...". Luego de ello, Zara hizo una ligera pausa, levantó la mirada hacia su madre y, añadió: "Cuanto antes, mejor".  Después de escucharla, Charlotte se sentó a su lado, la miró con gran incertidumbre y, le respondió: "Pero… su número todavía está muy lejos. ¿Qué es lo que podríamos hacer? ¿Cómo podemos si quiera adelantar el trasplante?". Luego de oír eso, Zara agachó la cabeza lentamente, se miró las manos en su regazo y, con voz temblorosa, le dijo: "Recibí una propuesta del señor Grantham". "¿Grantham?", exclamó Charlotte sumamente desconcertada; luego, como no entendía a qué se refería, le preguntó inmediatamente: "¿Qué propuesta? ¿Qué te dijo?". Al notar su curiosidad, Zara respiró hondo para poder tranquilizarse y, después de unos segundos, le contó a su madre todo lo que ese hombre le había dicho.  Tras escucharla, una radiante sonrisa apareció en el rostro de Charlotte y, con gran emoción, le dijo: "Es bueno, quiero decir, todo esto es genial. De hecho, el señor Grantham es como nuestro salvador; así que, deberías aceptar inmediatamente su propuesta". A decir verdad, la madre de Zara no podía ocultar la gran emoción que sentía; sin embargo, al ver a su madre en ese estado, Zara sintió un fuerte dolor en su corazón. De hecho, en ese momento, a ella le pareció que su madre solo se estaba preocupando por el bienestar de Brian, y ni siquiera se había puesto a pensar en ella; así que, mirándola con gran decepción, le preguntó: "¿Enserio? ¿De verdad quieres que acepte su oferta? Mamá, me está pidiendo que me case con Nicholas Grantham, el mujeriego más famoso de la cuidad; es más, ¿quién sabe con cuántas mujeres ha estado? La verdad es que, no quiero casarme con alguien como él". Cuando escuchó esas palabras, la sonrisa de Charlotte se desvaneció inmediatamente, su expresión se volvió demasiado fría y, mirándola con gran disgusto, le dijo con severidad: "No olvides que tu hermano está acostado en una cama de hospital, morirá si no recibe el trasplante de corazón, ¿acaso quieres eso? No entiendo, como puedes ser tan egoísta, tienes la oportunidad de salvarlo y quieres rechazarla; además, es una gran oportunidad, te convertirás en la nuera de los Grantham. Zara, innumerables señoritas sueñan con eso, y a ti, esta oportunidad se te presentó por sí sola, ¿no te sientes afortunada? Asimismo, creo que el joven Grantham solo hace eso porque está soltero; pero una vez que se case, será leal a su esposa".  Luego de ello, la mujer hizo una pausa por un momento, la miró fijamente y continuó: "Zara, eres una mujer muy hermosa, no cabe duda que puedes ganar su corazón; después de todo, él es un hombre de carne y hueso, no puede resistirse a tu encanto. Bueno, espero que sepas elegir y tomes una sabia decisión". Tras decirle eso, Charlotte se levantó de la silla para dejarla sola, y entró rápidamente a la habitación de su hijo.  Mientras tanto, Zara permaneció tranquilamente sentada en la silla y, aunque por el exterior parecía calmada; en realidad, estaba aún más confundida con su decisión. A decir verdad, las palabras de su madre resonaban una y otra vez en sus oídos; además, por la situación en la que estaban, sabía que aceptar la oferta del señor Grantham era lo mejor opción, pues también le ayudaría a salvar a Brian. Sin embargo, Zara no comprendía por qué debía ser Nicholas Grantham; mucho menos, porque se aceleraba su corazón con solo mencionar su nombre. En realidad, las palabras de su madre la hicieron pensar más en una posible relación con él; de hecho, no sabía si su madre tenía razón, si de verdad cambiaría su actitud con el matrimonio o, si ella podría ganarse su corazón.  Tras ese doloroso recuerdo, Zara por fin salió de su trance, volvió a su realidad y, suspiró profundamente mientras miraba el anillo de diamantes de su dedo; luego, una indiferente sonrisa apareció en su rostro.  En realidad, ella accedió a ese matrimonio pensando que algún día podría ganarse el corazón de Nicholas; además, creía que ella ganaría más que cualquiera, pues, aparte de que Brian recibiría el tratamiento, ella se convertiría en la nuera de los Grantham. Sin embargo, todas sus esperanzas se derrumbaron cuando Nicholas le pidió que firmara un contrato por un matrimonio de solo dos años. Dos años donde ella tenía que permanecer obedientemente como su legítima esposa; pero, al final de ese plazo, después de recibir unos 50 millones de dólares para que pueda vivir, ella debía desaparecer de su vida inmediatamente.  Además, durante ese tiempo, ella no podía hacerle ningún capricho o pedirle algo, no podía salir de la villa sin su permiso, o salir con alguien a sus espaladas, y muchos otros términos que no recordaba en ese momento.  De hecho, tras ver el contrato que le hizo firmar, Zara pensó rápidamente en rechazar la propuesta y dejar de lado todo ese arreglo; sin embargo, al pensar en su hermano Brian, ella olvidó inmediatamente esa absurda idea. Además, de alguna u otra manera, esa idea no era del todo mala; pues, no solo sería libre después de dos años, sino que también recibiría una cuantiosa cantidad de dinero, con la cual podía empezar una nueva vida.  No obstante, Zara no entendía porque se sentía tan mal cuando pensaba en Nicholas; es más, ni siquiera comprendía porque tenía ese fuerte dolor en el pecho, como si le hubieran clavado una daga en el corazón y que le dificultaba respirar con normalidad. A decir verdad, Zara se sentía realmente triste con toda esa situación, pues, quien se suponía que debía estar con ella en su noche de bodas, no lo estaba; es más, ella ni siquiera sabía dónde y con quien se encontraba su esposo. Mientras pensaba en ello, unas lágrimas cayeron inesperadamente por sus mejillas; sin embargo, como no estaba dispuesta a llorar por él, se secó rápidamente el rostro, se quitó el maquillaje y el elegante vestido y, se dio un refrescante baño.  De hecho, estaba tan aturdida con todo lo que pasaba que, se olvidó de la noción del tiempo y tardó más de lo habitual en su baño; luego, cuando por fin salió de su trance, salió cuidadosamente del baño, se puso su pijama rosa de dibujos animados y, se acostó inmediatamente en la cama. En realidad, Zara tenía toda la intención de dormir profundamente, pero no lo consiguió; por el contrario, estuvo dando vueltas y vueltas hasta que, quien sabe cuánto tiempo después, recién pudo conciliar el sueño.  ……… Como la noche era joven y aún se empezaba a disfrutar del momento, un auto que circulaba a velocidad moderada por una amplia carretera, tenía el volumen de la música al máximo e, una hermosa mujer rubia de copiloto, tarareaba y balanceaba ligeramente sus manos al ritmo de la melodía; mientras que, el hombre que conducía, tenía una ligera sonrisa en el rostro cada vez que la miraba.  Por su parte, al notar que el hombre la estaba mirando secretamente, la mujer le rodeó el cuello con los brazos y lo besó apasionadamente; mientras que, tras devolverle el beso, el hombre se retiró y le dijo: "Estoy conduciendo, nena, ahorita..." Antes de que pudiera terminar de hablar, el hombre se embistió repentinamente con un enorme camión frente a ellos y, luego de perder el equilibrio y darse varias vueltas de campana; el auto finalmente se estrelló contra el suelo, haciendo que solo se escuchara algunos fuertes zumbidos en el interior.   Aunque el conductor no quedó del todo inconsciente, su dolor de cabeza si era demasiado intenso, e incluso, no podía escuchar nada más que el zumbido que salía del auto; sin embargo, tras girar ligeramente su cabeza, vio que su acompañante realmente parecía muerta y, de hecho, tenía la cabeza colgada sobre el vidrio roto del parabrisas.  A decir verdad, el rostro de la mujer estaba cubierto de sangre; es más, no podía negarse que había sangre por todos lados, haciendo que sea una escena realmente impactante. "Sasha", gritó ansiosamente el hombre en la habitación, quien se sentó abruptamente en su cama, e incluso, hizo que el silencio se desvaneciera inmediatamente. En realidad, después de ese mal sueño, el rostro de Nicholas estaba cubierto de sudor, su respiración era realmente agitada, su cabello estaba despeinado haciendo que algunos mechones caigan sobre su frente; incluso, su espalda parecía estar empapada.  De hecho, no podía negarse que era realmente una pesadilla, un mal sueño que lo persiguió durante el último año; sin embargo, cada vez más parecía que la intensidad del dolor y el miedo eran iguales a ese día. Es más, para Nicholas, ese accidente era como si hubiera sucedido tan solo la noche anterior, y no hace un año, como verdaderamente fue. A decir verdad, Nicholas estaba tan perturbado con el mal sueño que tuvo que, solo el sonido de la alarma lo sacó de su trance; luego, frotándose nerviosamente la frente y revolviendo abruptamente su cabello, apagó la alarma.  Tras ello, tomó su celular que estaba en la mesita de noche a su lado, lo desbloqueó y, en la pantalla, apareció la foto de una hermosa joven; de hecho, mientras la miraba atentamente, la expresión de Nicholas se volvió mucho más tierna y delicada, acarició con dulzura la foto y, murmuró: "Sasha". En realidad, Nicholas no sabía nada de esa mujer desde que desapareció de su vida, no conocía su paradero y, mucho menos, sabía cómo se encontraba de salud; incluso, hasta había olvidado la cuenta de cuantas veces había visto esa foto en su vida.  De hecho, Nicholas estaba tan enojado y frustrado consigo mismo, pues, aparte de que no podía encontrarla, su dolor siempre aumentaba cada vez más; sin embargo, el no perdía la esperanza de que un día la encontraría. Después de pensar en ello, el hombre pateó el edredón que lo cubría, salió de la cama y, se dirigió rápidamente al baño. ……… Mientras tanto, en ese mismo momento, en la mansión Grantham, el señor Solomon se encontraba en su estudio, estaba acompañado de su abogado de confianza y discutían abiertamente sobre el testamento que quería redactar.  Pero, al final de la discusión, el abogado no pudo evitar mirarlo con indiferencia y preguntarle: "¿Estás seguro de hacer todo esto? En mi opinión, si al joven no le gusta su esposa, no es bueno que ambos permanezcan en un matrimonio sin amor, eso solo los hará sufrir más".   Ethan Smith, el abogado del señor Solomon Grantham, era una persona mayor, tenía el pelo gris y, unas cuantas arrugas en su rostro; de hecho, por su apariencia, no se podía negar que llevaba muchos años siendo abogado y, sobre todo, con una gran experiencia en su medio Por su parte, Solomon, quien estaba sentado de mala gana, sostenía su bastón con cabeza de león y, después de respirar hondo por unos segundos, le respondió: "No has conocido a esta chica, por eso dices eso; pero, ella es perfecta para Nicholas. Además, conozco muy bien a ese mocoso, sé que no me negará nada y por eso accedió a este matrimonio; sin embargo, también estoy seguro que él planea divorciarse de ella cuando tenga la más mínima oportunidad. Ethan, Nicholas no dejó de buscar a esa chica, Sasha; así que, no quiero que mi nieta política sufra alguna injusticia, por eso estoy decidido a darle la mitad de mis propiedades si mi nieto se quiere divorciar de ella. Esta es la única forma de detenerlo, no tengo otra opción". Mientras decía ello, el señor Grantham agarró con mucha más fuerza su bastón; incluso, su mirada se volvió aún más seria y dominante hacia el hombre frente a él. "Pero, ¿y si es esa chica que quiere el divorcio?", preguntó repentinamente el abogado. 

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