Capítulo 5
Después de salir de la empresa, Nicholas tomó su auto y empezó a conducir sin rumbo fijo; pues, aparte de que no sabía a dónde se dirigía, tampoco sabía lo que quería hacer. A decir verdad, las palabras de Davis fueron como puñales a su corazón y, aunque al principio no le creyó, al ver que su mirada seguía siendo fija y sin temor, Nicholas llegó a pensar que lo que dijo ese hombre era cierto; es más, recordar esa triste verdad hizo que las lágrimas cayeran rápidamente por sus mejillas.
En realidad, Nicholas tenía sus sentimientos encontrados, sentía ira, frustración, dolor y, sobre todo, no podía creer que Sasha había perdido el interés en él, pues se habían amado mucho tiempo atrás. Al sentirse sumamente confundido, Nicholas empezó a acelerar aún más el auto y, después de una hora y media de estar conduciendo a la deriva, llegó finalmente a la entrada de un bar.
Tras llegar al bar, Nicholas bajó de su auto, entró rápidamente al lugar y pudo notar que la música estaba en su volumen máximo y muchos jóvenes bailaban en la pista de baile. De hecho, cuando lo vieron ingresar, muchas jovencitas se acercaron rápidamente a él para coquetearle; pero, después de ver su indiferente mirada, ellas no se atrevieron a molestarlo más y, solo dejaron que se acercara al mostrador a que pidiera sus bebidas.
Mientras tanto, después de esperar por más de una hora, Solomon también empezó a molestarse y a sentirse realmente frustrado, pues Nicholas aún no aparecía en casa.
Por su parte, sentada son la cabeza gacha en el sofá, el rostro de Zara se puso tan blanco como un papel y, de hecho, se sintió sumamente culpable por lo ocurrido; pues pensó que Nicholas no había asistido a la cena, porque la odiaba tanto al punto de no querer ver su cara. Mientras que, tras pensar en esa posibilidad, el dolor en el corazón de Zara fue aumentando cada vez más; en realidad, ella estaba sufriendo lentamente en solo un mes, así que no sabía cómo soportaría los dos años.
"Papá, no te enojes, seguro Nicholas está ocupado con algunas reuniones, pero estará aquí tan pronto como se desocupe", dijo rápidamente Edward, quien trató de tranquilizar a su padre; luego, mirándolo fijamente, le dijo: "Déjame llamar a Benjamín, él nos dirá que sucede".
Tras decir ello, Edward tomó rápidamente su celular de la mesa de centro, marcó el número de Benjamín y espero pacientemente a que él respondiera; mientras que, Benjamín se sintió realmente sorprendido de recibir esa llamada, en especial, porque ya era muy tarde.
A decir verdad, cuando recibió su llamada, él estaba conduciendo de regreso a su casa; sin embargo, ni bien vio que se trataba del señor Edward, él estacionó su auto a un lado de la carretera y le respondió con total amabilidad: "Hola".
"Hola, Benjamín. ¿Dónde está Nicholas? ¿Todavía está en la oficina?", preguntó el hombre con total rapidez; mientras que, tras escucharlo, Benjamín quiso explicarle inmediatamente que su jefe había salido una hora antes, pero no se atrevió a decir nada.
Es más, escuchar esa pregunta también lo dejó un poco aturdido, y sin entender siquiera en donde podría estar su jefe, ya que había salido mucho tiempo antes que él.
Justo cuando estaba pensando en qué responderle, escuchó nuevamente la voz de Edward que le dijo: "Hola, Benjamín. ¿Estás ahí? ¿Nicholas sigue en la oficina o ya se fue?".
"Umm, lo siento, me distraje por un momento. Pero sí, el jefe todavía está en una reunión y tal vez se demore un poco más de tiempo", respondió Benjamín con total firmeza.
"Oh, está bien. Entonces, no lo molestes, déjalo continuar con su trabajo", ordenó seriamente el hombre; luego, tras tener esa información, colgó inmediatamente la llamada.
A decir verdad, después de colgar la llamada, Benjamín suspiró profundamente para tratar de tranquilizarse; sin embargo, la preocupación invadió nuevamente su rostro, en especial, al no saber porque su jefe no regresó a casa y al no tener pistas de su paradero.
Pero, justo cuando pensaba en qué podría haber pasado, el hombre recordó que Davis Moore se reunió con él.
Tras recordar el encuentro entre su jefe y Davis, Benjamín pensó inmediatamente que tal vez ese hombre le dijo algo que lo había molestado; pues, desde ese momento, su jefe había estado nervioso y totalmente aturdido.
De hecho, luego de recordar el estado en que encontró a su jefe tras la salida de Davis, Benjamín no tuvo más dudas de que ese hombre le había dicho algo que lo aturdiera.
Después de eso, Benjamín desbloqueó rápidamente su celular, marcó inmediatamente el número de Nicholas; pero, por más que sonó, nadie le contestó la llamada.
Por su parte, al no poder comunicarse con su jefe, Benjamín frunció ligeramente el ceño, volvió a intentar llamarlo, pero el resultado seguía siendo el mismo; por ello, sintiéndose realmente preocupado, temía que algo no estuviera bien.
Benjamín estaba realmente preocupado por el bienestar de su jefe, así que volvió a llamarlo y, esta vez, por fin le respondieron; sin embargo, quedó sumamente sorprendido porque la voz que escuchó era realmente desconocida.
"¿Quién es usted? ¿Dónde está el presidente Grantham? ¿Por qué contesta su teléfono?", inquirió el hombre rápidamente, pues le preocupaba mucho el estado de su jefe.
“El dueño de este celular está totalmente borracho y no está en condiciones de contestar la llamada. Yo solo soy barman de aquí, y le pediría que lo venga a recoger", respondió cortésmente el hombre al otro lado del teléfono.
"Sí, está bien, deme la dirección. Enseguida iré a buscarlo", dijo inmediatamente el hombre tras escuchar su pedido.
Después de recibir la dirección exacta, Benjamín se apresuró en conducir y, no mucho tiempo después, llegó rápidamente al bar donde Nicholas se encontraba.
Mientras tanto, en la mansión, y tras hablar con Benjamín, Edward se acercó a su padre y le comunicó: "Papá, Nicholas todavía está en una reunión y parece que aún se va a demorar. Mejor, como ya se está haciendo tarde, deberías empezar a comer".
Cuando supo que Nicholas todavía estaba ocupado en una reunión, Solomon por fin se calmó, asintió ligeramente y le dijo: "Está bien. Entonces, vayamos a cenar".
Después de eso, Solomon les ordenó servir la cena y, cuando por fin estuvo todo listo, se acercaron rápidamente a la mesa y se sentaron en sus respectivos asientos.
Por su parte, Zara no tenía muchas ganas de comer, pues perdió el apetito, cuando pensó que Nicholas estaba retrasando a propósito su llegada para evitar cenar junto a ella. Sin embargo, para evitar que sospecharan de su verdadera relación con Nicholas, ella se obligó a tomar algunos cuantos bocados; no obstante, su inquietud no pasó desapercibida ante los ojos de Betty, quien se rio con picardía.
"¿Qué pasó, jovencita? No estás comiendo nada. ¿No te gusta la comida o, es que extrañas a Nicholas?", dijo la mujer como si se preocupara por Zara; pero, en realidad, su mente estaba llena de odio hacia ella.
Tras oír ello, Zara esbozó una ligera sonrisa en su rostro y respondió lo más cordial posible: "No, no es así. La verdad es que la comida es bastante buena y me gusta mucho".
"Ah, ya veo. Entonces, extrañas a Nicholas", dijo Betty, que sonrió de la manera más falsa posible; mientras que, Zara, quien estaba realmente avergonzada, no supo qué responderle, y solo se quedó callada con la cabeza gacha.
Por su parte, a Solomon no le gustó para nada las palabras de Betty, así que la miró indiferentemente; mientras que, al notar ello, Edward rápidamente se dio cuenta que su padre estaba molesto, por eso, no dudó en advertirle a su esposa: "Betty, no hagas que la situación sea incómoda para ella, y solo come en silencio".
Mientras tanto, justo en el momento, Travis regresó a casa y se disculpó inmediatamente por el retraso: "Perdón por la demora, abuelo. Estuve un poco ocupado y también me quedé casi una hora atrapado en el tráfico".
Luego, hizo una ligera pausa para mirar a las personas sentadas en el comedor y, al ver la silla vacía de Nicholas, preguntó: "¿Dónde está Nicholas?".
"Oh, eso. Todavía está en la oficina, ocupado con algunas reuniones", respondió Betty inmediatamente.
A decir verdad, Betty ya sabía que Nicholas no estaba en la oficina; pues, cuando Solomon y Edward estaban ocupados maldiciendo a Nicholas, ella le envió un mensaje a Travis para preguntarle secretamente sobre el paradero de Nicholas. Sin embargo, Travis respondió inmediatamente que Nicholas ya había salido de la oficina; no obstante, tras descubrir que Benjamín estaba encubriendo a Nicholas, Betty le volvió a mandar un mensaje a Travis para planear la revelación de esa verdad frente a todos.
Después de la respuesta que ella le dio, Betty miró de manera significativa a Travis y actuó como si no supiera nada sobre ello; mientras que, actuando totalmente sorprendido, Travis preguntó: "Pero, ¿de qué estás hablando?".
Luego, frunciendo ligeramente el ceño, el hombre añadió con firmeza: "Él no estaba en la oficina cuando yo salí. De hecho, él salió de una hora antes que yo; así que creí que ya había llegado. Pero, al parecer, no vino aquí".
Cuando escucharon ello, todos en el comedor quedaron bastantes sorprendidos y, rápidamente voltearon a verlo con total desconfianza; luego, aún actuando como si estuviera sorprendida, Betty le preguntó con curiosidad: "¿Qué? ¿Estás seguro?".
"Si mamá. Estoy 100% seguro de lo que digo, yo personalmente lo vi salir de la oficina", respondió Travis con total firmeza, pues quería que sus palabras sonaran convincentes.
"Entonces, ¿por qué Benjamín dijo que él está en una reunión? ¿Qué está tratando de ocultar? ¿Podría ser que Nicolás...?", empezó a decir Betty inmediatamente; sin embargo, al notar la furiosa mirada de Solomon, ella no pudo completar sus palabras.
De hecho, al principio, ella sonrió de manera satisfactoria; pero, ocultándola rápidamente con una mirada preocupada, suspiró profundamente y dijo: "Bueno, está bien. Travis, siéntate y come".
Por su parte, Travis no dijo ni una sola palabra más y se sentó en completo silencio; mientras que, realmente molesto, Solomon dejó caer furiosamente el tenedor de sus manos.
En realidad, el sonido del metal llamó tanto la atención de todos que, miraron rápidamente hacia donde se escuchó el ruido y, fue en ese momento que vieron la furiosa mirada de Solomon; incluso, notaron como el hombre se levantó en completo silencio agarrado de su bastón.
"Papá, por favor, de…", empezó a decir Edward, pues quería que su padre se tranquilizara; sin embargo, Solomon hizo una seña para que se callara y solo caminó directamente a su habitación.
Por su parte, al ver a su padre marcharse así nada más, Edward también se sintió muy molesto y, mirando el plato de comida de su padre, gritó fuertemente: "Ese Benjamín… se atrevió a mentirme; pero, haré que se arrepienta de lo que hizo",
"Cálmate. ¿De qué sirve enfadarse con Benjamín? Después de todo, él es solo un asistente”, dijo Betty, quien quiso dar a entender que Benjamín solo seguía órdenes.
Es más, con sus sutiles palabras, ella trató de decir que el único mentiroso ahí era Nicholas, y no Benjamín, a quien todos querían culpar.
Por su parte, al ver que la situación se estaba saliendo de control, Zara no pudo mantener la calma por más tiempo, se puso de pie y salió corriendo inmediatamente al jardín; pues, tenía la intención de llamar a Nicholas. Sin embargo, tras pensar por unos segundos, ella dudó en hacerlo, pues él ya le había advertido antes que no quería que lo molestara.
"¿Estás tratando de llamarlo?", preguntó una voz desde atrás, haciendo que Zara vuelva a la realidad y descubra que Betty estaba tras ella.
Luego, la miró fijamente y, estaba a punto de preguntarle por qué salió, pero antes de que pudiera decir algo, Betty añadió firmemente: "Dime, ¿crees que él responderá tu llamada?".
A decir verdad, esa pregunta confundió un poco a Zara y, de hecho, no podía entender por qué Betty dijo eso; es más, no comprendía a qué se debía su repentino cambio e interés en ella.
"Zara, no tienes que actuar frente a mí, yo sé perfectamente que tu relación con Nicholas no es buena; de hecho, también sé que nunca volvió a la villa en este último mes. Pero, ¿sabes por qué está haciendo esto?", dijo la mujer repentinamente; luego, hizo una pausa para inspeccionar el cambio de expresión de Zara y continuó: "Él solo ama a Sasha, su amiga de la infancia, ellos estaban a punto de comprometerse; pero, algo pasó entre ellos, y ella lo dejó y se fue. Sin embargo, Nicholas todavía la está esperando, él cree firmemente que ella volverá; así que, nunca podrá amarte. Es más, te sugiero que te divorcies de él, tú eres joven y hermosa, ¿por qué quieres desperdiciar tu juventud en este matrimonio sin sentido?". Tras decir ello, Betty de detuvo un momento, suspiró profundamente y, actuando de manera preocupada, le dijo: "Sé por qué aceptaste este matrimonio y, la verdad que no te estoy culpando; de hecho, cualquiera en tu lugar hubiera hecho lo mismo. No obstante, ahora que tu propósito se ha cumplido, debes pensar en ti mismo y terminar con todo esto; en realidad, tú eres una mujer muy inteligente, así que pensarás en mi sugerencia".
Luego de decirle todo eso, Betty se dio la vuelta y regresó inmediatamente a la mansión; mientras que, Zara se quedó sumamente estupefacta con las palabras de la mujer. A decir verdad, Zara no esperaba que Betty descubriera la amarga verdad de su matrimonio; es más, tampoco creía que ella le haría esa fuerte revelación, sobre la relación de Nicholas con una mujer llamada Sasha.
De hecho, Zara no tenía idea de que él amaba a alguien tan profundamente y, simplemente pensó que él era un mujeriego; sin embargo, resultó que hacía todo eso, para calmar un poco su dolor. Tras pensar en esa verdad, a Zara le dolió un poco el corazón; incluso, empezó a llorar lentamente, pues la pequeña esperanza que tenía de ganarse algún día su corazón, ahora se había desvanecido.