Capítulo 47

adelina No estaba convencido de que Alfa Dareck fuera a aceptar llevarme a correr, podía escuchar la vacilación filtrándose en su voz, especialmente porque todavía me estaba recuperando de un ataque rebelde. Me había sorprendido gratamente la facilidad con la que podía convencerlo con unos cuantos pucheros cursis. Pensé que mis mejores posibilidades de salir de esta habitación era pedirle que me llevara. Sinceramente, nunca había sido uno de esos cambiaformas que necesitaban correr o su lobo tomaría el control, como lo era mi hermana. Una carrera por el bosque una vez cada pocos días satisfacía a mi loba, manteniéndola tranquila y a raya. A Belinda le pasó lo mismo, aunque reemplazamos esa necesidad con caminatas por el bosque. Es cierto que lo más importante era observar a los lobos machos de la manada, pero el aire fresco tampoco hacía daño. No estaba seguro de qué le había pasado a mi loba, tenía suficiente energía para devastar todo el bosque. Antes de que Alfa Dareck pudiera cambi