Capítulo 35

En una discreta habitación del segundo piso, Robert y Celeste observaban en silencio el gran salón de la casa de la familia Hampton. A través de la ventana unidireccional, tenían una vista sin obstáculos de lo que sucedía abajo, invisible para quienes estaban afuera. Celeste, cautivada por la escena, comentó emocionada: "Acabo de ver a Catherina. Habló con las otras chicas de la familia Hampton durante mucho tiempo. Se ve hermosa y dócil, pero siento que no está de buen humor". Al no poder escuchar la conversación distante, solo pudieron especular sobre la aparente angustia de Catherina. Al volverse hacia su hijo, Celeste notó su expresión fría y distante. "¿Por qué no reaccionas de ninguna manera? ¿Te gusta o no? Si es así, podemos resolverlo lo antes posible". Robert, con las sienes palpitando por la persistente charla de Celeste, se arrepintió de haber aceptado asistir. No tenía ningún interés en un compromiso, en particular no con alguien como Catherina. Aunque no lograba pronuncia