Capítulo 28

Esa expresión en los ojos de Marta la hizo sentirse aún más satisfecha. Lo que ella deseaba no era simplemente enfurecer a Norma, sino eliminarla por completo de la vida de Federico. Muy pronto volvió a mostrar su característica sonrisa y recalcó de nuevo: —Señorita Norma, Federico estaba preocupado de que, como acabo de regresar del extranjero, pudiera haber inconvenientes con los detalles de la fiesta de cumpleaños de la señora Lucía. —Él dijo que debías colaborar plenamente conmigo. No te molesta que te haga muchas preguntas, ¿verdad? Norma, a pesar de conocer muy bien las artimañas de Marta, miró instintivamente hacia la oficina de Federico. Pero para Marta eso no era suficiente, y soltó una risa coqueta: —Señorita Norma, si no me crees, puedo mostrarte las capturas de pantalla de mi conversación con él de anoche. Apenas terminó de hablar, ya tenía abierta la pantalla del celular. Norma no quería mirar, pero Marta se acercó tanto que alcanzó a ver un registro de llamada de media ho