Capítulo 88

Federico fijó la mirada en Norma y, naturalmente, notó el brillo burlón en sus ojos. ¿Se estaba riendo de su falta de criterio? Los dos se enfrentaron con la mirada. Norma no tenía prisa; el éxito o el fracaso del proyecto no afectaban demasiado su situación, aunque sí influiría en la reputación de la empresa. Una gran compañía depende de su reputación para mantenerse en pie. Marta ya había causado varios problemas antes, y probablemente los socios externos hablaban mal de la empresa en privado. —Así es, la directora Marta no manejó bien el asunto. —No te preocupes, quien comete errores debe ser castigado. Yo me encargaré de eso. Norma ya imaginaba lo que iba a decir a continuación, así que lo interrumpió sin dudar. —Señor Federico, como usted mismo dice, los empleados que cometen errores deben ser sancionados, pero eso no me importa. —Usted quiere que yo limpie el desastre que dejó Marta, y yo tengo una condición. Federico frunció el ceño. ¿Tanto le importaba a Norma el trato que reci