Capítulo 1331

Yalena se puso de pie y miró a Belén. —Te equivocas, todas estas propiedades originalmente eran de Augusto. Tú no tienes derecho a quedarte con ese dinero. —Eso sí que es ridículo. ¿Acaso Fidel estaba tan senil que me dejó todo a mí? En ese momento, Belén ya no quiso seguir fingiendo; realmente le había cansado actuar durante todo este tiempo. De todas formas, ninguno de ellos había dormido la noche anterior y ya lo tenían todo preparado. La familia Pérez, los guardaespaldas que había dispuesto Pablo y, además, los asesinos apostados fuera... Su seguridad no era ningún problema. —Fidel era un farsante. Dijo que Augusto heredaría todo, pero al final cambió de opinión. Nos abandonó, era un mentiroso, así que ahora está bien muerto. Yalena sentía que había reprimido su rabia durante muchos años y por fin podía desahogarse. La familia Pérez le había traído demasiada humillación. —¿La muerte de Fidel tiene algo que ver contigo? La expresión de Belén se volvió fría mientras clavaba la mirada