Capítulo 859

Cuando Alicia bajó la cabeza y vio la ropa interior masculina, su rostro se tiñó de un intenso rubor. ¡Era demasiado vergonzoso! Retiró el pie rápidamente y se refugió en el vestidor. En el espejo, sus ojos brillaban enrojecidos, los labios hinchados. Hasta su cuerpo ardía. Alicia sintió cómo su cuerpo también se calentaba. Recordó el hecho de haber pisado la ropa interior de aquel hombre y se sintió aún más avergonzada. Afuera, Roberto observaba a la joven que se ocultaba en el vestidor; se agachó para recoger el pijama y, al tomar su ropa interior, sus finos labios esbozaron una leve sonrisa. Permaneció de pie frente al vestidor y dijo: —Voy a ducharme primero. Alicia, al escuchar esto, tardó un momento en reaccionar. Por alguna razón, su mente empezó a divagar; al fin y al cabo, parecía que antes de dormir siempre era necesario ducharse. ¿Qué estaría pensando él? Alicia salió y escuchó el sonido del agua en el baño. Se sentó al borde de la cama; el calor en su rostro no disminuía y