Webfic
Open the Webfic App to read more wonderful content

Capítulo 3

Ángeles no reaccionó, solo guardó con sumo cuidado el colgante de jade destrozado en su bolso. Pasó un largo rato antes de que Ángeles, con una sonrisa amarga, le respondió: —No hace falta, tío. Después de decir esto, Ángeles se marchó apresuradamente, dejando a Gonzalo petrificado en el lugar. "¿Tío?", esa palabra resonó en su mente. Desde que Ángeles le confesó sus sentimientos, nunca había vuelto a llamarlo así. Por más que Gonzalo insistiera una y otra vez, Ángeles se negaba a llamarlo "tío". Sin embargo, en ese instante, Ángeles lo llamó "tío" por voluntad propia. Gonzalo permaneció en el mismo sitio, aturdido, hasta que Daniela sacudió su brazo y entonces recuperó el sentido. —Gonzalo, ¿qué te pasa? Al escuchar esto, Gonzalo enseguida recuperó la compostura y, con un tono cálido y preocupado, respondió: — No es nada, no te preocupes por lo de hace un momento. En el fondo, Ángeles no es mala persona. Solo que, después de tantos años de consentirla, se ha vuelto algo caprichosa. Daniela se quedó sorprendida, no esperaba que Gonzalo defendiera a Ángeles. Fingió comprender y asintió. Pero en sus ojos brilló una chispa de celos y malicia. Buscando reafirmarse, rodeó la cintura de Gonzalo con un gesto mimoso y dijo: —Gonzalo, cuando termine mi cirugía, ¿nos casamos? No puedo esperar más para empezar una vida contigo. Al escucharla, en los ojos de Gonzalo se reflejó ternura. Rozó la punta de la nariz de Daniela con la suya y le respondió con tono cariñoso: —Claro, haremos todo como tú quieras. Daniela exclamó emocionada: —¿De verdad? Entonces quiero convertirme en la novia más hermosa del mundo. ... Durante los días siguientes, Ángeles se volcó en los preparativos para el plan del oeste. Iba y venía de la escuela, saliendo temprano y regresando tarde. Aunque compartían el mismo tejado, no volvió a cruzarse con Gonzalo. Ese día, Ángeles llevaba una gran caja con las cartas de amor que había escrito y se dirigió a la chimenea para destruirlas por completo. Cuando la última carta comenzaba a consumirse, la voz severa de Gonzalo resonó a sus espaldas: —¿Qué estás haciendo? Ángeles no respondió, pero Gonzalo alcanzó a ver las cartas de amor que aún no se habían consumido en el fuego. Su rostro se ensombreció y avanzó para sujetar firmemente la muñeca de Ángeles. Con voz ronca y un tono de advertencia, le preguntó: — ¿Otra vez con tus juegos, Ángeles? ¿Crees que quemando estas cartas vas a llamar mi atención? —¿Te parece divertido? Ella bajó la mirada, liberando su mano con suavidad y respondió con calma: —Estás pensando demasiado. Pero Gonzalo se convenció aún más de sus sospechas y le anunció con frialdad: — Dentro de diez días me casaré con Daniela. Puedes asistir si quieres. Al escuchar esto, el rostro de Ángeles palideció, y esbozó una sonrisa forzada. —Felicidades. Diez días después, ella ya estaría participando en el plan del oeste y probablemente no tendría oportunidad de asistir a su boda. Sin embargo, Ángeles no dijo nada al respecto. Solo se giró para marcharse. Justo cuando llegó a la puerta. Gonzalo la detuvo: —Daniela dice que solo hay una boda en la vida y no confía en nadie para organizarla. Ángeles no entendió el significado de las palabras de Gonzalo, así que preguntó: —¿Y eso qué? —Por eso, quiero que tú te encargues de nuestra boda. Te he criado desde pequeña, seguro que sabes lo que quiero.

© Webfic, All rights reserved

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.