Capítulo 52

David miró a Bianca, cuyo rostro mostraba signos de agotamiento. ¿Acaso acababa de despertarse? Sus ojos estaban gravemente hinchados, su rostro sin maquillaje, pero aun así, delataban un leve rubor. —Bianca, ¿fuiste tú quien hizo todo esto? David irrumpió en la habitación, rodeado de una atmósfera fría, su rostro atractivo cubierto por una capa de hielo, y sus ojos llenos de una ira que apenas podía contener. Hizo la pregunta con firmeza. Bianca, cansada, apoyó su cabeza en la puerta. En ese momento, sentía un dolor punzante en la cabeza, y con su pregunta inexplicable, se ponía aún más irritada. Ella pensó que David hablaba sobre el incidente de la noche anterior, cuando se incendió Casa Estrella. ¿No dijo él que se lo había entregado a ella? ¿Acaso tenía que reportar cómo lo manejaba? ¿Y tenía que venir a interrogarla por eso? El fuego no había sido grande, pero el ruido había sido considerable. Bianca sonrió levemente, su mirada cansada, y no tenía ganas de discutir. —Sí, lo hice.