Capítulo 78

David sacó rápidamente las vendas y el medicamento del botiquín del auto y comenzó a atender la profunda herida en el brazo de Bianca. Los dedos de David y su ropa se mancharon de sangre, pegajosa y tibia. David la limpió con cuidado, vendó la herida con suavidad, pero aun así, el cuerpo de Bianca tembló ligeramente. Una vez que terminó de vendar una parte, David procedió a revisar el resto de las heridas. —¿Dónde más te duele? —Preguntó con la voz tensa. La mente de Bianca estaba completamente nublada, como si estuviera envuelta en una gruesa capa de algodón. En ese momento, su rostro estaba tan pálido como el papel, y se sentía mareada. David vio que el cuello de la camisa de Bianca estaba abierto, con los botones esparcidos por el suelo. Extendió la mano, con los dedos ligeramente temblorosos, y abrochó los tres botones restantes de Bianca. Al rozar su piel fría con la yema de los dedos, la furia de David aumentó aún más en su interior. ¿Las personas que le hicieron esto? David iba