Capítulo 36

—Lo intentaron, sobre todo los miembros de mi familia, pero no lo permití. A veces, cuando las palabras no funcionan, debes usar los puños para demostrarles quién manda —habló con una mirada orgullosa en el rostro. La triste historia que le conté quizá me hizo parecer débil, pero ese definitivamente no era el caso. —Lo sé, le di una paliza a la mitad de mi escuela, pero el trabajo es diferente y no quería que me despidieran, así que me contuve. A veces, cuando lloro, no significa que esté triste, lo hago porque estoy enojada —le expliqué. —Entonces supongo que somos más parecidos de lo que crees, excepto que no he llorado en años —comentó. «En años». Eso me hizo preguntarme acerca del acoso de los miembros de su familia que había mencionado. De Jorge podía imaginármelo, pero no podía pensar en alguno de sus primos que pudieran tener algo contra él, probablemente por ser el favorito de la familia entera. Aparte de Javier, nunca había visto a los hermanos Escobar hablar sobre ninguno de