Capítulo 54

Aunque yo ni siquiera me molesté en intervenir, todos los demás se pusieron en pie para detenerlo. Sin embargo, Cristian giró la cabeza y la movió en negativa. —No interfieran —ordenó. —¿Entonces esto es lo que harás? —preguntó Jorge riendo, pero, sorprendentemente, no intentó defenderse. —Sí, quiero que te des cuenta de lo débil que eres. Incluso si quisieras, nunca podrás tocarme y lo sabes. Sé inteligente y discúlpate. —Cristian, hablemos de esto —intervino Francisca. —Hay mucho que decir y aún no escucho su maldita disculpa —gritó él, haciendo que su madre se estremeciera. Lo que siempre me pareció extraño fue ver cómo Lucas dejaba que todos hicieran lo suyo mientras él solo se quedaba sentado y observaba. Era entendible que no quisiera elegir un equipo entre su familia, pero ¿iría tan lejos como para dejar que sus hijos se pelearan? —¿Cuál es el punto de disculparse cuando las disculpas son falsas? —señaló Jorge a la cara de su hermano, quien todavía lo tenía presionado contra la