Capítulo 40

Quizás hasta él mismo sentía que se estaba pasando de la raya, y por eso venía a disque "discutir" con ella, su esposa. Pero ella no era ninguna tonta, había cosas que tenía perfectamente claras en su interior. Más que una discusión, esto se parecía a una notificación encubierta, como si solo viniera a cumplir con un trámite. Si ella aceptaba, todos contentos. Si se negaba o se oponía, entonces… ya había pasado por esa situación incontables veces, ¿no era así? Discusiones interminables, acusaciones mutuas, ella convertida en una mujer irracional, una loca sin motivo, o bien una mujer egoísta, de corazón duro y sin sentimientos. Aunque Andrea ya se había preparado mentalmente, las siguientes palabras de Salvador lograron sorprenderla. Salvador guardó silencio unos segundos y finalmente habló: —Estoy pensando en darle el veinte por ciento de las acciones a Julia. Está luchando sola en el mundo del entretenimiento, y eso es de veras bastante agotador. Este sector es como un caldo de culti