Capítulo 14

Avery sonreía, con una mueca apenas cubierta por una capa de cortesía, ya que por debajo de ella, todo era desdén. Era una sonrisa educada, segura, pero tan distante, como la que le ofrecía al hombre que lustraba sus botas. Micah buscó en su memoria, pero no pudo encontrar ningún incidente en el que, probablemente y sin darse cuenta, él hubiera ofendido a Avery. Sin poder recordar alguno, cambió su atención hacia Darya, quien estaba ocupada observando el salón de baile. No obstante, después de su mirada inicial en las escaleras, ella no le prestaba la menor atención. Entonces, la mirada de Micah se dirigió hacia su brazo, que estaba interconectado de manera estrecha con el de Avery. Su proximidad física y su lenguaje corporal hablaban de mucha intimidad. Era una familiaridad tan natural entre ellos dos, que Micah frunció el ceño. No podía recordar si alguna vez Darya se había acercado de esa forma a él. ¿Qué tipo de relación tenía con ese hombre? De pronto una serie de preguntas surgi