Capítulo 20

Desde el día en que recibió los papeles del divorcio del abogado, Elena supo que, tan pronto como Tomás conociera la verdad, de manera inevitable haría esa pregunta. Después de todo, desde su perspectiva, ella lo amaba hasta un punto sin retorno, y por eso él se había atrevido a cometer infidelidades con el único pretexto de que "aún no había terminado de divertirse". Creía que el amor de ella por él era inquebrantable, y que, incluso si algún día se trasladaba a otra persona, no sería más que una transformación del amor en odio, nacida de la venganza. Intentaba usar esa excusa una y otra vez para consolarse a sí mismo por haberse dejado llevar demasiado de la situación. "Mira, en realidad no existe el amor estable e inquebrantable en este mundo. Todas las acciones coquetas que cometiste antes eran solo debilidades humanas." "Cualquiera que estuviera en la misma posición que tú no podría controlarse. Todos harían la misma elección." "Y peor aún, a esa mujer a la que intentaste amar con