Capítulo 464

La visión ante Cadillacia no pareció afectarle en absoluto. Empuñó el hacha mientras rugía: "¿Ustedes, humildes mortales, se atreven a desafiar el poder del Dios de la Sangre? Entreguen el Embrión de Sangre ahora y arrepiéntanse de sus errores ante el Dios de la Sangre". "¡Sí, claro!", gritó Wilbur. Clavó el pie con fuerza en el suelo, haciendo añicos el cemento que había bajo él, antes de atacar a Cadillacia. Se acercó a su lado izquierdo en un abrir y cerrar de ojos, y blandió su cuchilla de trueno en un ángulo inimaginable para golpear la cadera de Cadillacia. El inmenso poder de la cuchilla de trueno emitió un fuerte aullido. Cualquiera por debajo del nivel santuario moriría de inmediato por el ataque. Al mismo tiempo, Eileen soltó un fuerte rugido mientras daba un paso adelante, saltando en el aire para clavar una de sus espadas ardientes en el pecho de Cadillacia y la otra contra su cuello. Constantino gritó y una llama sagrada salió disparada de sus manos esposadas par