Capítulo 52

Mi pecho se acelera cuando termina de hablar, lo miro sorprendida mientras él lo hace con fervor, la intensidad de su mirada casi me derrite; quiero huir de él, pero sé que me seguirá, estoy atrapada. Me aferro a su cuerpo como si mi vida dependiera de ello, luego entierro mi cara en su pecho y comienzo a sollozar en silencio. Dejo brotar las lágrimas que había estado acumulando durante mucho tiempo, odio que su presencia me calme y me haga sentir segura, porque es la persona que más odio y temo; su mano se posa sobre la parte posterior de mi cabeza mientras lloro desconsolada, deseando sacar toda mi tristeza y frustración en forma de lágrimas. "Solo necesito más tiempo, no confío en ti, no por ahora, trata de verlo desde mi punto de vista. No hemos hecho otra cosa más que pelear desde que nos conocimos, nunca nos hemos comunicado como personas civilizadas", le dije al tiempo que resollaba en su pecho. "Si realmente me odias tanto, ¿entonces por qué no me dejas ir? Lo sé... sé que nos