Capítulo 60
Catalina miró a Elena con una expresión serena.
—¿Y si decido no perdonarte?
—Entonces me quedaré de rodillas hasta que me perdone.
Catalina esbozó una leve sonrisa y volvió a guardar silencio.
¿Esto era un intento de chantaje emocional?
En el pasado, tal vez habría cedido.
Pero ahora, ya no estaba dispuesta a seguir siendo la mártir.
Su herida era real, y la falta de respeto de Elena también.
¿Por qué debía ella cargar con los errores de los demás?
El ambiente en la oficina se volvía cada vez más tenso, y la temperatura parecía descender lentamente.
Catalina no dijo nada, y Alejandro tampoco.
Elena no podía creer que, habiendo llegado tan lejos, Catalina aún no mostrara la más mínima intención de ceder.
Todo su cuerpo temblaba; sus uñas se clavaban en las palmas de sus manos, pero no sentía dolor.
Apretó los dientes y, de pronto, se dio una cachetada con fuerza.
—Lo siento, fue culpa mía que usted saliera herida... Si la está dispuesta a perdonarme, haré lo que sea.
¡Paf! El golpe res

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