Capítulo 35 El pasado

Dolores miraba a Simón con los ojos anegados en lágrimas, el vestido resbalando de un hombro. Cualquier otro hombre ya habría sucumbido. Pero Simón solo pensaba en lo que ella le había dicho. —¿De verdad es así? No lo parecía en lo absoluto. Al verlo reflexionar, Dolores se enfureció y, al mismo tiempo, una punzada de ansiedad la recorrió. No podía permitir que Simón descubriera la verdadera identidad de Susana. ¡Simón era suyo y de nadie más! El título de señora de la familia Flores debía pertenecerle únicamente a ella. —Simón, debes de estar cansado. ¿Por qué no descansamos temprano? —dijo Dolores, tirando suavemente de él para hacerlo sentar en la cama. Pero Simón, casi por instinto, apartó su mano. —Dolores, duerme tú primero. —¿No quieres dormir conmigo? Me siento tan sola aquí... Y tengo miedo —suplicó Dolores con voz trémula. —Aún no estamos comprometidos. Si llegara a saberse que dormimos juntos, tu reputación se vería comprometida —respondió Simón, intentando tranquilizarla. D