Capítulo 40

No tenía ni idea de dónde había ido Kieran, por lo que dejé la mansión antes de que él regresara. Realicé mi paseo de la vergüenza bajo la atenta mirada de la luna y subí a mi coche. Conduje con las ventanillas abajo, y el viento de la medianoche despejó mi mente. Me di cuenta de que había estado usando a Kieran Valentine como un apoyo. Acostarme con él era mi forma de sobrellevar el pandemónium en que se había convertido mi vida en las últimas dos semanas. Mi mundo se puso patas arriba, primero por la muerte de mi padre, la traición de Landon y mi madre, después por la despiadada emboscada de Rainey y, por último, por la impactante noticia de que mi padre podría haber sido asesinado. La cama de Kieran me ofrecía un escape temporal del desastre que era mi vida. Pero él era un calmante, no una cura. Después del subidón de dopamina, tuve que enfrentarme a la realidad. Volví a mi habitación del Blue Jazz. El joven de al lado se había ido o se estaba tomando un descanso. Apagué el teléfo