Capítulo 111
Lucía, sin pensarlo dos veces, se limpió a toda prisa las manos en el delantal y se apresuró a ir al salón para tomar su celular.
Puso su índice sobre los labios, señalando a Yolanda que guardara silencio, y se dirigió al balcón para contestar la llamada.
—¿Dónde estás? —La voz de Wálter llegaba a través de las ondas, mezclando pereza y desconcierto con un matiz de control.
Lucía enrollaba un mechón de cabello entre sus dedos, sintiéndose algo inquieta: —Estoy trabajando horas extras.
Wálter, con un simple monosílabo desde su nariz, murmuró: —Hmm.
Un silencio tan profundo se extendió que Lucía pensó en ese momento que la llamada se había cortado; bajó la vista para asegurarse de que aún continuaba.
—Si no es nada, pues colgaré.
—¿A qué hora regresas? —Wálter habló de nuevo: —Iré a recogerte.
¿Ir a recogerla? Lucía nunca había imaginado tener tal privilegio.
Inconscientemente, respondió: —¿Qué?
—En media hora baja. —La impaciencia era evidente en la firme voz de Wálter.
Pero Lucía

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ