Capítulo 33

Wálter aún recordaba ese pequeño detalle, temiendo que Lucía quedara embarazada de él. —Te agradezco que, a pesar de estar tan ocupado, recuerdes traerme la medicina —dijo Lucía mientras tomaba la botella de pastillas, sacaba una y la tragaba de inmediato. Luego se levantó y, frente a Wálter, volcó todos los platos de comida sobre la mesa. No comió, no tenía hambre, estaba demasiado enojada. Wálter la observó tomar la medicina y luego subió las escaleras. Al llegar al rellano, escuchó el sonido de los platos chocando en el comedor. Su temperamento se había agigantado, y su expresión se ensombreció. Esa noche tenía una videoconferencia internacional y, sin dejarse afectar por el mal humor de Lucía, se duchó y se encerró en su estudio. Tadeo le llamó para informarle sobre el contenido de la reunión y, al final, mencionó a Brisa: —La vicepresidenta Brisa dijo que usted le permitió escoger una de sus propiedades para quedarse temporalmente, y ella eligió... —Lo que ella eli