Capítulo 95
—Estás tan delgada, deberías comer más —aconsejó Teodoro.
La extraña mirada de Nancy lo recorrió de arriba abajo.
—Señor Teodoro, aquí solo estamos nosotros dos; no hay otros extraños. Si quiere decir algo, puede decirlo clara y directamente.
La insinuación era evidente: le estaba pidiendo que dejara de fingir.
La expresión de Teodoro se endureció; sentía cierta opresión en el pecho.
"¿Nancy acaso tenía corazón?"
—Entonces, ¿me tienes tanta prevención porque temes que te haga algo? Tranquila, soy un hombre recto; incluso si fuera a hacerte algo, lo haría de forma abierta y de frente.
Nancy: —...
De pronto, el aire quedó sumido en silencio.
Al ver que Teodoro no tenía intención de marcharse, Nancy arrugó la frente y preguntó: —¿Tiene algo más que decir?
—Sí.
Casi lo soltó de manera instintiva.
Pero, una vez dichas las palabras, su mente quedó en blanco.
Tras un largo silencio y bajo la mirada de Nancy, de pronto apretó los labios y habló.
—Tenemos un pequeño problema en nuestra colabora

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ