Capítulo 17
Lorena conocía muy bien ese tono de llamada, porque la primera vez que descubrió que Salvador mantenía a una amante en Villa Lagos, revisó su teléfono y grabó aquel timbre exclusivo en su memoria.
No sabía qué le habían dicho desde el otro lado, pero el semblante de Salvador cambió de inmediato; su expresión se volvió aterradora. —Lo sé. Iré enseguida. Busquen ustedes primero —dijo con voz tensa.
Parecía que, una vez más, aquella mujer mantenida había desaparecido.
Lorena nunca la había visto en persona. En Villa Lagos todo estaba lleno de guardaespaldas, así que jamás tuvo oportunidad de acercarse.
Salvador la escondía muy bien, demasiado bien. Durante aquel primer periodo, las llamadas desde Villa Lagos eran frecuentes; al parecer, esa mujer tenía mal carácter y, además, era enfermiza. Cada vez que Salvador lograba regresar, aunque fuera brevemente, a Villa Nube Serena, ella siempre enfermaba. Qué casualidad.
Después de colgar, Salvador le dijo a Raúl: —Detente al costado de la carre

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