Capítulo 74
Desde que le colgaron a Lorena, no dejó de preocuparse por Silvia.
Pero en ese momento, Salvador se acercó, le arrojó el celular y le sujetó la barbilla.
Ella ya estaba molesta, así que giró la cabeza: —No me toques.
Él levantó la mano y le dio unas palmadas en la mejilla: —Lorena, ya te lo dije. ¿Quieres deshacerte de mí? ¡No puedes! Estamos destinados a torturarnos el uno al otro por el resto de nuestras vidas.
A Lorena le pareció ridículo, especialmente al verle tan obvio ese destello de odio en los ojos.
—¿Salvador, no deberías estar con Daniela?
—Voy a ir con ella más tarde. Si hubiera sido Daniela la que se casara conmigo, no sé cuántas veces más feliz sería ahora. Lorena, tú me arruinaste.
Las pestañas de Lorena temblaron con fuerza, pero se contuvo y no lloró. Solo apretó los puños con firmeza.
Salvador le sostuvo el rostro con una expresión completamente indiferente: —Tú me arruinaste, y todavía quieres estar con otro. ¿De verdad crees que soy alguien fácil de manipular?
—Salv

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