Capítulo 86

Lorena observaba a los dos parados juntos, y en los ojos de Daniela apareció una expresión de triunfo, incluso se acercó deliberadamente al lado de Salvador. —Salvador, vámonos. La mirada de Salvador se posó en Lorena, asintió levemente y levantó el pie para irse junto a Daniela. Esta escena se había repetido incontables veces en el pasado, pero quizás por aquellas palabras llenas de deseo que le dijo anoche, que no se divorciarían, en su corazón brotó un leve atisbo de duda. Instintivamente preguntó: —¿A dónde van ustedes? ¿No puedo acompañarlos? En los ojos de Daniela apareció una pizca de sorpresa. Antes, no importaba qué fuera a hacer Salvador, nunca llevaba a Lorena consigo. En estos últimos años apenas volvía a casa, y Lorena ya se había acostumbrado a ser abandonada. Daniela no esperaba que ahora ella hablara por iniciativa propia. Eso no era una buena señal. Una sonrisa cruzó fugazmente por los ojos de Daniela, y con una mano se colgó del brazo de Salvador: —Lorena, no puedes v