Capítulo 64
No pude evitar reír en voz alta. Vicente se quedó paralizado un instante antes de continuar: —Si no quieres casarte con el presidente Ramón, entonces deberías conquistar el corazón del señor Julián o del señor Daniel.
—¿Crees que seguiré tus consejos?— Detuve mi risa y lo miré fríamente.
Vicente sacó un paquete de cigarrillos de su bolso, encendió uno y dio varias caladas profundas. —Quieras o no, tienes que hacer lo que te digo.
—Tu abuela está en mis manos y el Grupo Ortega está enfrentando problemas de liquidez. Lo que necesito ahora es que consigas una gran suma de dinero para mí.
—¿Entiendes?
Tras decir esto, Vicente sacó su móvil, abrió un video y me lo mostró.
En el video, la abuela estaba acostada en una cama de hospital con los ojos abiertos, mientras una cuidadora sentada a su lado comía y maldecía: —¿Por qué no te mueres ya? Todo el día gritando, ¿qué gritas? Si gritas otra vez, te golpearé.
La anciana, delgada y demacrada, emitía sonidos de dolor: "ah, ah, ah", y pronto se

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