Capítulo 21

Esther apretó con nostalgia el informe médico en sus manos, sintiendo un vacío absoluto en su interior. Al regresar a casa, vio una carta clavada en la puerta. Adentro solo había un dedo ensangrentado y la dirección de una fábrica abandonada en las afueras. Esther se apresuró temblorosa hacia la fábrica, se le venían mil posibilidades en su mente. Pensaba que podría ser una venganza de sus enemigos o que Jorge se hubiera enemistado con alguien que no debía cuando era mercenario. Pero cuando esa figura se dio la vuelta, Esther lo miró, incrédula. —Alberto. —Esther, por fin llegaste. Una vez más, la desesperación de antaño envolvió a Esther, su voz sonaba desgarrada y rota. —¿Qué es lo que quieres? Alberto haciendo mala cara con desagrado, su expresión tenía un cierto tinte de melancolía. —Esther, ¿por qué me miras de esa forma? Solo quería verte una vez más, que vinieras conmigo, nada más. Esther pensó que Alberto estaba completamente loco. "Ya le había dejado las cosas más que claras,