Capítulo 14
—Tranquilo, ahora me tratan como a una princesa, jamás lo descubrirán, la verdadera Viviana murió hace mucho tiempo...
Los ojos de Guillermo se llenaron de sangre y sus manos se apretaron hasta casi deformarse.
Escuchó una y otra vez la voz de Viviana y luego las discusiones de Dolores con ella.
Resultó que no fue ella quien la empujó, ¡sino que se tiró a propósito!
¡Era una mentirosa!
En su mente apareció la imagen de Dolores siendo azotada, repitiendo la verdad una y otra vez, sin que nadie le creyera.
Esa expresión terca y desesperada le apretaba su corazón.
Guillermo cerró los ojos, se mordió los labios hasta romperlos y el sabor de la sangre llenó su boca.
Al final, comenzó a sonreír, pero en sus ojos apareció un frío gélido.
Agarró la grabadora y se puso de pie. —Vamos a la casa de los Ruiz.
Era hora de ajustar cuentas.
Cuando llegó a la familia Ruiz, Viviana ya había cambiado su actitud y corrió hacia él.
Él la esquivó, inexpresivo.
Viviana se quedó sorprendida por un instante,

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