Capítulo 154
—Muchas gracias. —José siguió obediente a la enfermera.
Caminaron hacia el fondo y la enfermera señaló una habitación iluminada en el segundo piso: —Es esa. No puedo alejarme demasiado del frente, sube tú solo.
José siguió su mirada, contó cuál era la habitación y apresurado subió las escaleras.
La enfermera lo observó con urgencia y suspiró con admiración.
En la habitación.
Tomás observó en ese momento que el medicamento en una botella se acababa, se levantó a paso largo para cambiar el tubo de la infusión a otra botella.
Cuando Rocío estuvo enferma, él siempre se ocupó personalmente de todo, ya estaba acostumbrado a estas tareas.
Después de ajustarlo un poco, se inclinó para acomodar la manta sobre Rocío.
De repente, se escuchó un golpe en la puerta.
Tomás pensó que era la enfermera y fue de inmediato a abrir. Al ver a José en la puerta, se detuvo un segundo.
Luego, su expresión se endureció: —¿Cómo llegaste aquí?
—¿Cómo está ella? —José miró hacia el interior de la habitación, inten

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