Capítulo 296
Si fuera ella, también tendría un fuerte deseo de posesión por la persona que amaba.
Pero nunca haría como Carmen, que por querer conseguir a un hombre fue capaz de herir a otros sin ningún tipo de escrúpulos.
Sin embargo, también comprendía que el amor no se puede compartir.
Amaba a Tomás, y por eso deseaba ser su única mujer.
Así que, aunque Carmen no soportaba su presencia, ella podía entenderlo muy bien.
No importaba lo que Carmen quisiera obtener de Tomás, al menos en su fingimiento había algo de sinceridad.
Y durante los días que Tomás estuvo con Carmen, aunque fuera cierto como él decía que todo fue una simple actuación, en este mundo hay demasiadas actuaciones que se convierten en realidad. ¿Es que mientras actuaba en esa maldita farsa, en realidad no sintió ni un poco de afecto?
Ella dijo eso solo porque quería que Tomás lo pensara bien y no siguiera haciendo cosas de las que pudiera arrepentirse.
—¿Ese es tu pretexto para rechazarme?
Tomás soltó una sonrisa amarga, como si es

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