Capítulo 11
Valeria observó las miradas de Salvador y Emilio, y en su corazón se alzó un pánico incontenible.
Se abalanzó hacia ellos y se aferró con todas sus fuerzas a la pierna de Salvador, diciendo entre lágrimas: —Salvador, déjame explicarme, ¡las cosas no son como ustedes creen!
Salvador la apartó de una patada, se agachó y le sujetó la barbilla con fuerza.
—Muy bien, entonces explícate con claridad. ¿Qué fue lo que te llevó a hacerte daño a ti misma y qué fue lo que te llevó a inculpar a Sofía?
Valeria sintió como si sus huesos fueran a ser aplastados; el dolor le deformó la cara.
—Solo tenía demasiado miedo. Miedo de perderlos, miedo de que dejaran de amarme. Sé que me equivoqué, se los ruego, perdónenme esta vez. ¡Emilio, di algo!
—¿Perdernos? Lo que en realidad temías perder era la riqueza, el estatus y esa vida de lujo y privilegios. —Salvador le propinó una cachetada brutal. Al ver a Valeria caer al suelo de manera miserable, se volvió hacia Emilio y dijo—: Hermano, ¿tú qué crees que d

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