Capítulo 299
Viviana se quedó sin palabras, con la garganta seca.
Pero ya había llegado, así que no tenía más opciones.
Volvió a mirar a David y, frente a todos, con un tono subordinado hacia su jefe, le dijo: —Jefe David, entonces, quédate sentado mirando un poco de televisión, yo iré a la cocina a ayudar.
David le dedicó una sonrisa amable: —Vivianita, ya terminamos el trabajo.
Viviana: —¡...!
Las tres personas que estaban en la puerta de la cocina: —...!
El aire se tornó enseguida silencioso.
Todos se quedaron en el mismo lugar, sus miradas reflejaban sorpresa, incredulidad y confusión.
Un ¡Boom! sonó.
Una papa cayó de las manos de Rosa, rodando por el suelo.
Samuel abrió los ojos, que ya estaban rojos e hinchados por las lágrimas, quizás debido a una nueva conmoción externa, y una lágrima fresca resbaló de nuevo en silencio.
Teodoro tomó con rapidez la langosta que tenía en las manos... y la cortó en pedazos.
La atmósfera era sutil y algo extraña.
Viviana sentía como si la estuvieran poniendo s

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