Capítulo 138
El joven quedó sin palabras.
Era la primera vez que alguien rechazaba una de sus creaciones: un celular de alta gama hecho a medida por él mismo.
En ese momento, Javier tomó el nuevo celular, al que ya le habían cambiado la tarjeta y se lo entregó a Ana mientras decía: —Tu celular no es muy práctico.
—¿Cómo que no es práctico? A mí me parece bastante cómodo.
—En AeroEstrella hay muchas bicicletas compartidas gratuitas. Solo necesitas escanear el código y puedes usarlas sin pagar.
Ana dudó un momento.
Si podía usar una bicicleta, cada mes podría ahorrarse el dinero del autobús.
Entonces Javier añadió: —Además, puedes vincular tu cuenta bancaria. Así, cuando recibas tu sueldo, podrás transferírselo a tu antiguo director en solo dos minutos.
Los ojos de Ana brillaron; esta vez su vacilación era genuina.
La última vez, había visto a Javier hacer una transferencia y el dinero había llegado de inmediato: era rápido, sencillo y muy práctico. Pensó que, incluso cuando regresara a estudiar, pod

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