Capítulo 93

Pablo, tal como lo había dicho, mientras viviera, protegería a Ana. Cuanto más grande era la familia y más riqueza poseía, más se distanciaban los parientes entre sí. Él había sido quien había traído a Ana a este nido de problemas; naturalmente, debía cuidarla. Ella se sentó al lado de Pablo. La expresión de Laura se ensombreció ligeramente. Pablo dio otra indicación: —Julio, ve a llamar a Javier para que baje a comer. Todos estaban presentes, solo faltaba él. Julio miró a Ana con gesto suplicante. En esa expresión ingenua se leía un rotundo no. ¿Quién se atrevería a llamar al señor Javier mientras descansaba? ¡Él aún quería vivir unos años más! Ana recordó que Javier solía reaccionar violentamente cuando alguien se le acercaba mientras dormía. Se levantó y dijo: —Yo lo llamaré. Se pone de mal humor al levantarse. Al terminar de hablar, todos los presentes mostraron expresiones variadas. Javier, ese loco, atacaba a quien se le acercara mientras dormía. ¿Se pone de mal humor al levantar