Capítulo 44
Al escuchar las palabras de Raúl, Sofía miró a Clara con cierta incredulidad; en los rasgos de su rostro parecía ver un reflejo de Martín, y murmuró: —¿Por qué nunca mencionó la familia Flores que tenía una hija así?
Clara soltó una ligera risita y, sin más rodeos, entró en el tema principal. —Doña Sofía, he oído por Raúl que su querida mascota está enferma. ¿Podría permitirme revisarla?
Sofía bajó la mirada y respondió con un tono serio: —No hay nada que hacer, ya está muy grave...
—Abuela, déjele a la señorita Clara que la revise, por favor. Dicen que es profesional, quizá pueda ayudarla a mejorar. —Intervino Raúl desde un lado.
Sin embargo, Sofía sentía una profunda desconfianza hacia ella.
Después de todo, tenía al frente a una mujer joven y hermosa, de rasgos delicados y llamativos, totalmente diferente a la imagen de los veterinarios comunes con los que solía tratar...
Afortunadamente, Raúl era su querido nieto mayor, y tras unas palabras suaves de él, Sofía accedió a regañadient

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