Capítulo 78

Frente a las palabras atrevidas y descaradas que ella soltaba en cualquier momento y lugar, Javier la miraba con absoluto desdén, sin dignarse siquiera a responder. Desde pequeño se había acostumbrado a un estilo de vida frío y severo, siempre con la cara rígida y sin sonrisas. Excepto Raúl, nadie se atrevía a bromear a la ligera en su presencia. La mujer a su lado era la única que se permitía semejantes descaros, tratándolo como a un hombre común y corriente. Aunque en el pasado, la mayoría de las veces, ella lograba enfurecerlo hasta el punto de hacerlo casi perder la cordura, con el tiempo descubrió que, cuando aquella mujer se comportaba de manera desvergonzada y despreocupada, incluso resultaba agradable de contemplar... Clara no le preguntó a dónde quería ir a comer ni qué se le antojaba; simplemente decidió por sí misma llevarlo a un centro comercial de lujo. Tras aparcar el auto, subieron juntos en el ascensor hasta el tercer piso, donde entraron en un restaurante francés de al