Capítulo 18
Aunque José había ayudado a Lucia a encubrir la verdad sobre el plagio, al volver a casa se volvió cada vez más frío con ella.
Lucia sabía que José aún no había podido olvidar a Isabel.
A pesar de que Isabel ya se había ido, su sombra seguía presente.
Pensando en esto, Lucia tomó el celular y le envió un mensaje a José: [Creo que estoy enferma, ¿puedes venir a verme?]
Después de tantos años de sentimientos, cuando recibió su mensaje, José fue a verla.
Al llegar a casa de Lucia, la encontró tumbada en el sofá en bata, sin rastro de enfermedad.
José, al verla, comprendió enseguida la situación y se mostró algo molesto.
Estaba a punto de irse cuando Lucia lo agarró de la mano.
—Últimamente has estado muy distante conmigo. Me asusté y por eso mentí diciendo que estaba enferma.
Al escucharla, gran parte de la molestia de José desapareció.
Lucia aprovechó la ocasión: —¿Te quedas a cenar conmigo esta noche?
José no la rechazó y se sentó a la mesa.
Lucia sirvió dos copas de vino y le pasó una

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