Capítulo 5
Aarón se levantó de golpe, con una mezcla contenida de sorpresa e ira en la voz: —¿Qué dijiste?
El criado, con el rostro pálido, repitió: —Hace un momento, había mucha gente reunida junto al río; decían que el bote donde iba la señora Daniela chocó de repente con una corriente oculta en medio del cauce y volcó.
—Ahora todos están apresurados organizando el rescate, pero hace poco hubo una inundación río arriba; la corriente es demasiado fuerte, si alguien cae al agua es imposible encontrarlo...
Aarón sintió que el corazón se le estrujaba; su visión se ennegreció por un instante: —Imposible... Daniela, ella... Sin terminar la frase, salió corriendo hacia afuera.
Mónica lo sujetó del brazo enseguida y gritó con urgencia: —¡Aarón, no vayas! ¡Es muy peligroso en la orilla del río!
Ángeles también se levantó, con una voz autoritaria: —¡Deténganlo! Fue ella quien insistió en navegar por capricho; si le pasa algo, ¿a quién puede culpar?
Aarón se zafó con brusquedad de la mano de Mónica y, con

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