Capítulo 31
Silvia, con una pizca de autodesprecio en su sarcasmo, dijo: —No es la primera vez, ¿para qué me das tantas explicaciones?
Su mirada se volvió gélida. ¿Cuántas veces había usado Armando la excusa de "asuntos de trabajo" para esquivarla?
Las llamadas de Patricia a altas horas de la noche eran por trabajo; las llamadas después de la jornada laboral también eran por trabajo.
La cara de Armando se ensombreció; un cansancio creciente se apoderó de él. Ante el sarcasmo de Silvia, guardó silencio: si seguía "explicando", acabarían discutiendo otra vez.
¿Cuántas veces más tendría que aclarar que entre él y Patricia no había nada indebido?
Además, ella era alguien que Silvia misma había formado; ¿acaso ahora hasta de ella sentía celos y sospechas?
—Anoche Gustavo estaba muy arrepentido. Lloró hasta pasada la medianoche, tanto que se quedó ronco de tanto llamarte... Nos tuvo despiertos hasta muy tarde... Decía que quería ver a "mamá" al despertar...
Armando lo dijo con gran seriedad, pero para S

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ