Capítulo 33

Silvia sintió un nudo en la garganta y negó con la cabeza. No dijo nada; solo dos hileras de lágrimas le resbalaron en silencio. Salvador, que al principio aún mantenía cierta dureza en el tono, se enfureció de inmediato. —¿Armando te hizo pasar un mal momento? Silvia sorbió por la nariz. —No fue un mal momento, me lo tengo merecido. Salvador la miró y, en su interior, ya le había anotado a Armando una gran deuda. Esperanza, que pensaba dejarles un poco de espacio para que hablaran tranquilos, al ver de reojo que Silvia estaba arrodillada en el suelo no pudo evitar entrar y levantarla. —Ya está, lo importante es que Silvia ha vuelto, ¿para qué le hablas así? Esperanza le lanzó a Salvador una mirada de reproche. ¡A su edad, y todavía se pasaba los días preocupado cuando Silvia no estaba! Ahora que ella había vuelto, él seguía con su actitud orgullosa. Si la volvía a echar, ¡que luego no viniera llorando! Salvador puso cara de inocente: "él no le había dicho nada malo a Silvia". "¡La cul