Capítulo 43

De regreso en el auto. Laura me miraba de vez en cuando. Pero cada vez que volteaba a verla, ella desviaba la mirada de inmediato. Tenía la mente ocupada y no estaba de humor para consolarla. Una vez que la dejé en su apartamento, planeaba irme de inmediato. Laura me llamó. —Miguel. Me detuve y me giré.—¿Qué pasa? Ella estaba de pie en la oscuridad de la noche. A pesar de las heridas en su rostro, seguía siendo hermosa y cautivadora. —Gracias por hoy. Sonreí un poco, levanté la mano y la saludé mientras me alejaba. Me fui con soltura. Sentía una especie de compasión por Laura. Era una chica sencilla, con un corazón lleno de sueños. Puedo verlo en sus ojos claros; ella no entró en el mundo del espectáculo por dinero o fama, sino para satisfacer su sueño de actuar. Hubo un tiempo en el que yo también tuve sueños desprovistos de intereses personales. Pero como heredero de la familia López. Cada momento he estado envuelto en conflictos de intereses, los cuale