Capítulo 59
Tomé mi teléfono y miré.
Era Raquel.
—Hola... ¿Qué tal, Raquel? ¿Qué te parece si nos vemos a las dos de la tarde? Sí, sí, llevaré a la gente directamente.
Colgué y mis padres me miraron con ojos brillantes.
Ana, en cambio, frunció el ceño, visiblemente descontenta.
—Miguel, ¿esa chica es tu novia?—preguntó mi madre emocionada.
Después de lo de María, mi madre había estado preocupada de que tuviera una sombra psicológica y dejara de salir con chicas.
Así que ahora, cada vez que aparecía una chica decente, se emocionaba mucho.
Ana murmuró:—Ella es tres años mayor que tú, ya es una mujer mayor.
Había buscado información sobre Raquel y sabía que era una chica de clase media, lo que le generaba desdén.
Interrumpida, mi madre se mostró descontenta.
—Ana, tú aún eres joven, la edad no es un problema cuando dos personas están juntas. ¿Y qué si una mujer es tres años mayor? Es un signo de madurez.
Mi madre agitó la mano y me miró con entusiasmo de nuevo.—Miguel, ¡dime rá

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