Capítulo 15
Juan sintió como si le hubiera caído un rayo y los dedos que sujetaban el teléfono se tensaron de repente. —¿Qué dijiste?
Justo en ese momento, el carro entró en un túnel, la señal se interrumpió y la llamada se cortó automáticamente.
—¡Da la vuelta! ¡Ve a la casa de los Silva! — La voz de Juan sonó escalofriantemente fría y en sus ojos ardía una furia nunca antes vista.
David estaba tan asustado que casi perdió el control del volante y giró rápidamente el auto.
Jamás había visto a Juan en ese estado.
Aquel hombre, siempre tan sereno y controlado, tenía ahora los ojos inyectados en sangre y la mandíbula tan tensa que parecía a punto de perder el control en cualquier momento.
El auto llegó a toda velocidad a la casa de los Silva. Juan pateó la puerta y entró directamente.
Leonardo estaba sentado en el sofá tomando café; al verlo, casi dejó caer la taza del susto. —¿Juan? ¿Qué haces aquí?
—¿Elena se fue a Monte Vera para un matrimonio arreglado? —Preguntó Juan apretando los dientes, cada

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