Capítulo 62
Diego actuó más rápido y con más fuerza, y antes de que Hernán pudiera tocarlo, ya había torcido su apuesto rostro con un puñetazo.
Al ver a Hernán golpeado por su causa, Yaritza se sintió extremadamente culpable y se apresuró a protegerlo, preguntándole ansiosamente: —Señor Hernán, ¿cómo está? ¿Le duele? ¡Vamos al hospital!
Mirando profundamente a la ansiosa Yaritza, la expresión en el rostro de Diego se volvió aún más fea, sus puños crujían, como si estuviera listo para una gran pelea.
Fabián y Javier son de carácter muy frío, pero ahora al ver a sus mejores amigos peleando, no podían quedarse al margen.
Fabián miró a Javier y fue el primero en intentar mediar.
—Señores Diego y Hernán, ¡basta de peleas! La comida aún no ha llegado, vamos, hagamos algo interesante mientras tanto.
Dicho esto, Fabián sacó un mazo de cartas y una caja de papel exquisita.
—¡Vamos a jugar un juego! Quien pierda debe sacar un castigo de la caja y hacer lo que éste diga.
Después de decir esto, él directament

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