Capítulo 92
—Daniel, mamá no quiere a él, solo te quiere a ti. ¡Mamá no quiere que te pase nada! —Yaritza luchaba desesperadamente: —¡Suéltenme! ¡Déjenme ir! ¡Necesito encontrar a Daniel, necesito a mi Daniel!
—Señor Diego.
La mirada de Daniel se desplazó lentamente del rostro de Yaritza al de Diego: —No mereces ser mi padre, y mucho menos mereces a mi madre.
—Señor Diego, te deseo una vida de soledad, que nunca consigas lo que deseas.
—Mamá, extraño a Danilo, si alguna vez lo ves de nuevo, dile que no esté triste por mí.
—Mamá, te amo...
Justo cuando Daniel terminaba de hablar, los dos secuestradores que lo sujetaban usaron fuerza repentina y lo empujaron hacia abajo con brutalidad.
—¡Daniel!
Yaritza gritó con el corazón roto, y los secuestradores que la sujetaban la soltaron rápidamente y se llevaron a Amaranta para asegurar su propia seguridad.
Liberada, Yaritza corrió hacia el borde del precipicio como una loca: —¡Daniel!
—¡Daniel, vuelve!
Extendió la mano con fuerza, tratando de agarrar a su

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